Aeropuerto Quito
Fuente: Diario EL COMERCIO Sábado 25 de abril de 2015

Después de dos años de operaciones del nuevo Aeropuerto Mariscal
Sucre, se registra una disminución de los cierres de operaciones. Si
bien estas generan molestias, principalmente entre los pasajeros, el
total de horas son reducidas, comparando con lo que ocurría en el norte
de Quito. En este mes se dieron dos cierres por malas condiciones
climáticas. El más largo fue el 7 de abril y superó las tres horas. Esto
generó preocupación en los pasajeros, por medio de las redes sociales.
En total, se afectaron 24 vuelos: 17, domésticos y siete
internacionales. Según Quiport, empresa encargada de la administración,
la reducción es significativa: 124 horas, en el 2013; 63, en el 2014 y,
13 en lo que va del 2015. Mientras que, en los dos últimos años de
operación, en Chaupicruz, fueron 285 horas. Hay un factor que inciden:
la neblina. Los cierres ocurrieron entre las 05:00 y 07:30; tiempo en
que se registran los mayores niveles de concentración de neblina en la
pista. En este mismo tiempo, también, hay una actividad intensa en el
aeropuerto. Alrededor de 20 aviones aterrizan o despegan en vuelos
nacionales e internacionales cada hora. Jorge Buchat, experto climático
del aeropuerto, explicó que cerca de las 03:00, la neblina empieza a
salir desde las quebradas Guambi y Santa Rosa, que rodean la terminal; a
las 07:00 se posa sobre la pista. Para este experto, que fue parte de
la construcción de los dos aeropuertos, el clima no es un obstáculo
determinante ya que, cuando llueve, no se cierran la terminal. En la
actualidad, la terminal está operativa el 99,5% del tiempo. Esto no
ocurría en Chaupicruz, donde las operaciones alcanzaban el 85%. “Sin
duda, las condiciones de vuelo son mejores. Esto se evidencia en que
existen aerolíneas nuevas y hay más frecuencias”. La neblina ocasiona
falta de visibilidad, por lo que los pilotos no pueden aterrizar ni
despegar. En ese momento, los controladores de tránsito aéreo, que están
en la torre de control, a 41 metros de altura, coordinan la suspensión
de actividades junto a los meteorólogos. Lo hacen para prevenir
accidentes aéreos. Mayra Garzón, supervisora de la torre de control,
indicó que los cierres se realizan para velar por la seguridad de los
viajeros y la tripulación. “Coordinamos para que los vuelos sean siempre
seguros”. Actualmente, los niveles de visibilidad para arribos alcanzan
los 800 metros de aproximación y para despegues 500 metros. Esto no
ocurría en Chaupicruz, donde los niveles de visibilidad eran más altos.
Los pilotos debían ver la pista a una distancia de 3 000 metros. Caso
contrario no podían ingresar al campo de aviación. Aeropuerto Mariscal
Sucre Tababela Torre de control en la foto la pista de aterrizaje y leve
nubosidad. Foto: Paul Rivas Bravo / EL COMERCIO Ramiro Peñaherrera es
capitán en el Boeing 767 de la aerolínea LAN. Recuerda que uno de los
aspectos negativos de volar en el antiguo aeropuerto era el acceso a la
pista en la aproximación final. Era más corta, por lo que no se podía
hacer maniobras para salir o entrar. Esa es una de las ventajas de la
actual pista. “Es mucho más larga, por lo que se puede salir con
tranquilidad”. La de Tababela mide 4 150 metros de largo frente a los 2
350 m de la antigua. Cuenta con un sistema de iluminación.
Adicionalmente, en los alrededores no hay grandes asentamientos humanos.
El año pasado se colocaron luminarias complementarias: 750 luces de eje
para mejorar la visibilidad. A esto se suma que al momento se realizan
pruebas de nuevos equipos de iluminación en la pista. Pese a esto,
asegura el piloto, es necesario mejorar sus condiciones para que se
reduzcan, aún más, los cierres en Tababela. “El aeropuerto de Bogotá
tiene condiciones similares a las del nuestro; pero ahí se brindan más
facilidades para la aproximación de los aviones. Por ende, hay menos
cierres producto del clima”. Otra de las complicaciones registradas son
los vientos. Cuando los aviones pasan por Sangolquí (cantón Rumiñahui) y
por el Ilaló se registran turbulencias, lo que provoca que los aviones
pierdan equilibrio. En el momento, en Tababela se han sentido vientos de
hasta 10 nudos. No se han registrado cruzados, de más de 15 nudos que
hayan provocado cierres. Pero hay pilotos que optan por quedarse en un
patrón de espera; es decir, volar 15 minutos más hasta que las
condiciones mejoren o desviarse al aeropuerto alterno (Guayaquil). Esto
ha ocurrido algunas veces. Para Nicolás Larenas, analista en temas de
aviación, al ser un aeropuerto de altura, ubicado entre las montañas, su
operación siempre fue y será compleja. Pese a esto, las autoridades
aeroportuarias pueden hacer mucho más por mejorar la operatividad y
disminuir los tiempos de cierre. Por ejemplo, se requieren sistemas de
rodaje de baja visibilidad, radares de tierra o sistemas de aterrizaje…
En contexto La nueva infraestructura y los equipos instalados en el
nuevo aeropuerto han logrado que se mejoren las actividades
aeroportuarias. Sin embargo, el reto continúa para lograr que las
condiciones climáticas no sean un obstáculo para continuar con las
actividades.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/actualidad/operaciones-aereas-tababela-aeropuerto-quito.html.
El
Nuevo Aeropuerto Internacional de Quito está ubicado en el sector de
Tababela, al nororiente del Distrito Metropolitano de Quito. Según las autoridades del Municipio con el
inicio de operaciones, en octubre de 2012, la ciudad contará con un
aeropuerto moderno, cómodo, seguro y eficiente. Su ubicación y
características convertirán a la ciudad en un excelente punto de
encuentro desde y hacia más destinos en América Latina y en el mundo,
potenciando el turismo y la exportación. El Nuevo Aeropuerto está
construido con técnicas y materiales sismo resistentes y estará equipado
con tecnología de punta.
Con el fin de satisfacer permanentemente las necesidades de la ciudad y el país, el aeropuerto está diseñado para ampliar su infraestructura y capacidad operativa en etapas posteriores, de acuerdo con el crecimiento del tráfico de pasajeros y carga.
A continuación algunas de las características más significativas de esta importante obra.
Pista: 4100 metros de largo.
Torre de control: 41 metros altura.
Terminal de Pasajeros: 38 mil metros cuadrados (en la primera etapa), con una capacidad de más de cinco millones de pasajeros al año.
Terminal de carga: 12 mil metros cuadrados (en la primera etapa), Con capacidad para manejar 250 mil toneladas de carga al año.
Con el fin de satisfacer permanentemente las necesidades de la ciudad y el país, el aeropuerto está diseñado para ampliar su infraestructura y capacidad operativa en etapas posteriores, de acuerdo con el crecimiento del tráfico de pasajeros y carga.
A continuación algunas de las características más significativas de esta importante obra.
Pista: 4100 metros de largo.
Torre de control: 41 metros altura.
Terminal de Pasajeros: 38 mil metros cuadrados (en la primera etapa), con una capacidad de más de cinco millones de pasajeros al año.
Terminal de carga: 12 mil metros cuadrados (en la primera etapa), Con capacidad para manejar 250 mil toneladas de carga al año.